domingo, 7 de octubre de 2018

LA MAGIA DE LA MURALLA ÍBERA Y LA VÍA LÁCTEA

Tras las explicaciones del atardecer, pudimos disfrutar de la observación del cielo junto a la muralla íbera del Castillo de la Muela (ver entrada anterior). El cielo despejado nos permitió observar la Vía Láctea.
Telescopio refractor de 120/1.000mm por el que vimos Júpiter, Saturno y Marte.

La magia de esta muralla nos traslada al remoto pasado, hace 2.500 años, cuando los íberos contemplaban desde esta atalaya las estrellas y como no la Vía Láctea en todo su explendor.
Grupo de observadores y muralla íbera bajo la Vía Láctea.
Visión de todo el cielo desde la almenara de la muralla, a pesar de la majestuosidad de la Vía Láctea, el horizonte se muestra contaminado por la lacra del derroche energético de las ciudades y pueblos, algo que hace 2.500 años no sucedía al no haber centrales nucleares, de ahí que impulse la campaña "Horizontes Perdidos versus Cielos oscuros".



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