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La nebulosa California, todo un objeto que merece ser considerado DOOD.
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Cuando
nos iniciamos en la observación de objetos de cielo profundo, nuestra tendencia
inicial suele ser la de comenzar por el que quizás sea el catálogo más popular
que es el Messier, aquí nos deleitamos con la galaxia de Andrómeda (M31), la
nebulosa de Orión (M42), Las Pléyades (M45), la nebulosa anular de Lyra (M57), el cúmulo globular de Hércules (M13), la nebulosa Dumbbell (M27) y tantos otros objetos que nos entusiasmarán cualquier velada a lo largo de todo el año.
A
medida que avanzamos en el conocimiento del Catálogo Messier y nos dedicamos a
investigar más catálogos como el Caldwell o el Herschell, llega un momento en
que podemos pensar en poder observar mucho más. Es aquí, donde nos
planteamos ¿qué más se puede observar?
Durante
el siglo XVIII, muchos astrónomos, buscaban incansables durante muchas noches,
aquellos objetos que aparecían y desarrollaban sendas colas hasta desvanecerse,
se trataba de los cometas, hasta el punto que Messier elaboró, a la vez que
muchos otros astrónomos de la época sus propios catálogos.
Hoy
en día, catálogos como NGC, IC, King, Collinder y algunos otros, nos ayudan a
determinar que objetos observar sin haberlos visualizado, bien por su tamaño,
magnitud y otros parámetros como su naturaleza intragaláctica o extragáctica.
Ofrezco todo un listado de objetos diferentes a los de los
catálogos Messier y Caldwell, con la
finalidad de poder observarlos y fotografiarlos, para valorar si merecen pertenecer
a un nuevo catálogo, el listado DOOD: De Otros Objetos Destacables de Cielo Profundo.
Observarlos,
describirlos y fotografiarlos, será la labor que me he propuesto para los próximos
años y así aceptar o descartar los propuestos e incluso otros que no figuren.
¡Ánimo y si lo deseas, puedes colaborar a determinar si son objetos destacables
o no e incluso aportar fotografías de los candidatos.
Puedes
escribirme y te mandaré un PDF con todos los objetos de las 88 constelaciones,
un listado que he realizado en los últimos diez años.
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La observación visual bajo buenos cielos y grandes telescopios es todo un deleite.
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