El 28 de abril hacia las 12h30m por la emisora de emergencias se lanzó el aviso que nos habíamos quedado sin electricidad. Yo estaba por el río Turia, un espacio natural reconocido como Reserva de la Biosfera, donde realmente nunca tenemos electricidad de la red. A medida que ascendía a las cumbres del Alto Turia, constataba que no había cobertura de teléfono móvil o por lo menos de la compañía que uso. Cierta preocupación me asaltaba por las circunstancias actuales de guerra fría con Rusia e incluso Estados Unidos de América con sus amenazas a todo el mundo. La radio del vehículo me permitió escuchar Radio Nacional de España, que como buenos profesionales informaron de todo lo que pasaba sin alarmismo. A medida que pasaban las horas, pensé, que si cuando se haga de noche, las ciudades tendrán alumbrado público. Al anochecer y tras subir a la Muela de Santa Catalina de Aras de los Olmos, hicimos la tomas del TAS y las fotografías que se adjuntan y volvía a imaginar un horizonte sin luces urbanas, si bien ya pude constatar a simple vista que el Área Metropolitana de Valencia no estaba a oscuras o "a fosques" como siempre decimos en nuestra lengua vernácula, pero la intención era constatar el hecho del gran apagón. Pude valorar que el área metropolitana de Madrid apenas tenía luz, pero todo el arco litoral mediterráneo ya había sido encendido y se mostraba sumamente contaminante, ¡nunca llegó a oscurecerse! ¿o quizás si?, pues una ligera oscuridad de 21.5 al principio de la noche, diferenciaba una hora después con 21.3 mag/arcseg². Como reflexión final: me hubiera gustado que el alumbrado urbano se hubiera producido unas horas más tarde, para ver si recuperábamos un Bortle 1, es decir, un cielo natural sin contaminar, como así pasó en otros lugares de la península Ibérica. El despilfarro energético sigue adelante y la eficacia del Gobierno Central, impidió que las ciudades estuvieran sin alumbrado público nocturno. ¡Apostemos porqué algún día se racionalice el alumbrado y se pueda alumbrar sin contaminar!